Presupuesto Familiar
Cada hogar tiene cuentas que pagar. La situación ideal es tener suficiente para pagar todos los gastos y que sobre dinero para ahorro y actividades de ocio, pero a veces esto es una hazaña difícil de lograr. Cuánto dinero puedes asignar a los gastos del hogar dependerá de tus ingresos, tus gastos y tu capacidad para establecer prioridades.
Cuánto debes presupuestar
No hay regla segura y rápida sobre cuánto de tus ingresos debes asignar a los gastos. Obviamente, lo mejor es tener más ingresos que gastos y si es posible que debes tratar de lograr este objetivo. Teniendo esto en cuenta, el sitio SayGoodCredit.com afirma que el 90 a 98 por ciento de tus ingresos mensuales netos se debe aplicar a tu presupuesto familiar y el resto va a los ahorros.
Una familia puede decidir gastar 40 por ciento de sus ingresos netos (después de pagar los impuestos) para gastos de vivienda y gastar menos en ropa y transporte. Otra familia puede escoger gastar más en transporte y menos en vivienda. Tú eres quien decide cuáles son tus prioridades. Sin embargo, cuando establezcas las pautas de gastos, asegúrate de que la suma de todos los porcentajes sea igual a 100 por ciento. Asegúrate de incluir todos los gastos hechos a crédito en la categoría apropiada, tales como pagos de la tarjeta de crédito por la compra de una alfombra nueva. La vivienda, alimentación y transporte representan cerca de dos terceras partes del presupuesto de la familia, y alrededor de una tercera parte corresponde a todos los otros gastos. Es aquí donde el reto de administrar bien tu dinero se hace evidente.
Dar seguimiento a tus gastos
Llevar un control de tus gastos te puede revelar que estás gastando mucho más en una categoría que otra. Tu cuenta de teléfono puede ser excesiva o puede ser que regularmente estés comiendo afuera y termines con una alta factura de comida. Puede ser que tengas una debilidad por las liquidaciones y descubras que esos nuevos vestidos que están colgados en tu armario se han llevado más de tus ingresos de lo que habías supuesto. Conocer tus hábitos de gastos, particularmente cuando recién comienzas a hacer un presupuesto, es el primer paso a desarrollar uno al que te puedas ajustar.